A medida que los arquitectos incorporan más vidrio en sus diseños de edificios, los Facility Managers buscan formas de reducir las colisiones de aves.
La historia parecía demasiado extraña para ser verdad: Casi 1.000 pájaros habían perecido en una sola noche a principios de octubre después de chocar contra las ventanas del McCormick Place Lakeside Center en Chicago.
La cantidad de aves muertas era asombrosa y altamente inusual; el número normal en una noche sería de 15 o menos. Pero la historia era cierta, y es bastante común en grandes ciudades durante las migraciones de primavera y otoño.

Un estudio en 2014 realizado por el Instituto de Biología de la Conservación Smithsonian y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos estimó que casi mil millones de aves mueren de esta manera cada año. Incluso aquellas que sobreviven pueden sufrir lesiones debilitantes como magulladuras, úlceras en los ojos y fracturas.
Las aves no perciben el vidrio transparente o reflectante como un objeto sólido, por lo que no pueden comprender que es una barrera letal. Y cuando ven el reflejo de plantas o arbustos en el vidrio, vuelan directamente hacia el problema.
El costo de reemplazar el vidrio existente con vidrio amigable para las aves se consideró prohibitivo, por lo que se contrató a un contratista local para aplicar puntos de vinilo adhesivo de un cuarto de pulgada, con centros de 2 pulgadas, en el vidrio. La investigación ha demostrado que la mayoría de las aves no intentarán volar a través de espacios de menos de 2 pulgadas de alto y 4 pulgadas de ancho.
A largo plazo, el problema debe abordarse en la etapa de diseño del edificio con diferentes tipos de vidrio que sean amigables para las aves. Existen algunos vidrios, pero de un alto costo, que presentan grabados incorporados que funcionan de manera similar a los puntos para disuadir a las aves.

La conciencia ha aumentado. En 2020, el Concejo de la Ciudad de Chicago aprobó una ordenanza que requiere medidas de seguridad para las aves en los nuevos edificios, aunque el consejo aún no ha implementado los requisitos. La ciudad también participa en “Lights Out”, un programa de la Sociedad Nacional Audubon en el que se apaga la iluminación interior de un edificio a menos que el personal, los clientes o los visitantes la necesiten.
Sin embargo, hay algo de trabajo por hacer. Los primeros edificios en McCormick Place, el centro de convenciones más grande de los Estados Unidos, se construyeron en 1959, cuando la gente no estaba pensando en la seguridad de las aves, pero en algunos lugares, ya se han producido cambios significativos, y los resultados son alentadores.
Vidrio amigable para las aves, con un patrón de puntos pequeños, se instaló en 2014 en el Centro de Convenciones Jacob K. Javits de la Ciudad de Nueva York como parte de una importante renovación para mejorar la eficiencia energética. Las colisiones de aves en el centro disminuyeron posteriormente en más del 90%, según el American Bird Conservancy.
La Ciudad de Nueva York ahora requiere vidrio amigable para las aves en todas las nuevas construcciones.